ARMIN DREHER

Armin: «Sin lugar a dudas, el trato empático con las personas. En el comité de empresa, a menudo nos ocupamos de los destinos individuales. Con empleados, que necesitan un consejo discreto o que buscan una ayuda adicional en caso de dudas. Ningún caso es igual al otro. A veces se trata de temas laborales, pero a veces también de asuntos privados, que afectan al trabajo. A veces es difícil, pero muy emocionante. Además, en este cargo se tiene una buena visión global sobre la empresa y se actúa en numerosos temas como eslabón entre el consejo de administración, los responsables de personal y la plantilla. En principio, todo lo que se habla con las partes implicadas es muy confidencial».

Armin: «En mi época en el banco de ensayos de máquinas grandes de la producción del M-iQ hubo muchos proyectos interesantes. Especialmente me fascinó mucho el gran abanico de componentes técnicos, la elevada individualización y las innovaciones en el área de la tecnología de transporte. Cada pedido era un momento destacado con muchos desafíos. Desde que solo trabajo en el comité de empresa, el centro de atención se ha desplazado. Aquí me parece muy bonito cuando la gente, a la que hemos podido solucionar sus problemas o sus deseos, nos lo agradecen personalmente. Esto siempre sucede. Entonces siempre sabemos, por qué hacemos las cosas. Las sonrisas de felicidad de las personas son para mí impagables».